Desde hace algunas semanas el peso mexicano se ha fortalecido frente al dólar norteamericano, lo que se conoce como una apreciación. De hecho, se ha ubicado en niveles que teníamos en el diciembre del 2015, cuando el tipo de cambio era de 17 pesos con 58 centavos tal y como se comercializó el 17 de mayo de este año.
El tipo de cambio nominal es el monto de una moneda local, en nuestro caso el peso mexicano que se requiere para cambiarla por una unidad de alguna divisa, como lo es el dólar norteamericano. Analizando el histórico del tipo de cambio, desde el 19 de abril de 1954, el peso nunca había experimentado una apreciación tan fuerte, equivalente al 5.35%, al comparar el tipo de cambio del 15 de marzo con el del 19 de mayo, ambos del 2023.
Hay, de manera indiscutible, mucha información que analizar, como lo son los beneficios, las desventajas, las consecuencias, pero podemos iniciar con la explicación de como el peso tiene un valor de cambio nominal semejante al de hace casi 8 años.
El tipo de cambio en nuestro país se establece de acuerdo, al mercado, donde la oferta, que no es otra cosa más que la entrada de dólares a nuestra economía, junto con la demanda, es decir los requerimientos de esa moneda por parte de los mexicanos, de las empresas que están en México y de los propios gobiernos, llegan a un “acuerdo” para establecer un precio de compra-venta, lo que es el tipo de cambio, tal y como sucede en cualquier otro mercado.
Cualquier moneda, como cualquier mercancía, cuando abunda en el mercado su precio disminuye, vuelvo al ejemplo, que doy en clase y que llega a ser hasta sarcástico pero muy explícito. Las piedras del monte no tienen valor, ¿el motivo? Son abundantes, al sólo caminar por algún monte o sierra podemos recogerlas sin necesidad de algún esfuerzo, salvo de agacharse para recogerla, en cambio el oro tiene un valor altísimo, ¿por qué?, es escaso, y para obtenerlo hay que realizar una serie de trabajos. Pues bien, lo mismo sucede con el dólar, cuando entran muchos dólares a la economía mexicana y quienes vivimos en ella, seamos individuos, gobiernos o empresas, no requerimos tantos como entran, su precio disminuye. Es decir, hay un exceso de oferta de dólares, lo que ocasiona que el tipo de cambio se aprecie a favor del peso mexicano.
Lo que ha ocasionado la entrada “masiva” de dólares a la economía mexicana van desde las remesas que los mexicanos envían a sus familias, monto que ha alcanzado una cifra histórica en dólares, casi 58 mil 500 millones de dólares en el 2022, en ese mismo año ingresaron a nuestro país poco más de 26 mil millones de dólares por turismo, desafortunadamente la comercialización (exportación) del fentanilo ha colaborado para la fortaleza del peso, pues se calcula que en el 2022 la venta de esa droga de México hacia los EUA fue de casi 52 mil millones dólares, los 31 mil millones de dólares por la venta de petróleo también contribuyen a la fortaleza del peso y el capital golondrino. Este último es el dinero, que entra en dólares a México, para ser invertido de manera financiera, hoy México tiene la segunda mejor tasa real de interés en el mundo, con la cual las inversiones, gracias a las altas tasas de interés y la inflación más baja, se convierte en un paraíso para este tipo de inversiones, que sólo dan fortaleza al peso, sin generar ningún empleo. Pues los inversionistas, de manera racional, buscan que su riqueza aumente en términos reales.
Nuestra economía está en la segunda posición más ventajosa para la inversión financiera, pues logra tener una tasa de interés positiva del 6%, ya con la reducción de la inflación, mientras países como Dinamarca ofrecen una perdida del 4% a los inversionistas por su inversión financiera en ese país.
Es cierto que el dólar esta barato, pero también es cierto que no sabemos hasta cuándo estará en estos niveles, pues no es una cuestión de deseo o de decreto gubernamental, sino del propio mercado, el cual no podemos olvidarnos que es altanero y peligroso, sólo basta recordar la devaluación que sufrió el peso en diciembre del 94, cuando en un santiamén los capitales golondrinos volaron. Aún más triste es saber que casi casi ingresan lo doble de dólares a México por la venta de fentanilo que por la venta de petróleo.