A principios de este año, el mundo científico se sorprendió cuando el regulador de medicamentos de Australia, tradicionalmente conservador, aprobó el uso de psicodélicos para ayudar en las sesiones de terapia.
A partir de este mes, la psilocibina, un ingrediente que se encuentra en los hongos mágicos o alucinógenos, se podrá usar para tratar la depresión resistente al tratamiento.
También se permitirá el uso de MDMA, conocido como éxtasis en forma de tableta, para tratar el trastorno de estrés postraumático (TEPT).
Otros países han explorado los psicodélicos para uso compasivo (cuando la vida de un paciente o su calidad de vida están en peligro), como Suiza, Canadá e Israel, donde los reguladores han tomado decisiones similares, aunque no a nivel nacional como en Australia.
Las clínicas psicodélicas también operan legalmente en países como Jamaica y Costa Rica.
Prohibida en los 70
Muchos estarán siguiendo de cerca cómo Australia implementa recetas clínicas para ambos medicamentos y a qué precio.
Desarrollado por primera vez como supresor del apetito en 1912, el éxtasis se usó en sesiones de terapia en EE.UU. hasta mediados de 1970, cuando se prohibió.
Ingresó a Australia en la década de 1980 como una droga de fiesta debido a sus efectos que aumentan la energía, empatía y placer, pero la droga fue criminalizada en 1987.
Sin embargo, en la década de 2000, la investigación se reanudó lentamente, con ensayos recientes que encontraron que tanto la MDMA como la psilocibina pueden mejorar rápidamente los síntomas de la depresión severa, aunque se sabe poco sobre cómo lo hacen.