La ofensiva incluyó bombardeos en el sur del país y en las afueras de Beirut, además de enfrentamientos entre tropas israelíes y Hezbolá.
Ataques israelíes golpearon el sur del Líbano y las inmediaciones de Beirut, provocando la muerte de al menos cinco médicos, según reportes locales. Además de los bombardeos, se registraron enfrentamientos entre fuerzas terrestres israelíes y combatientes de Hezbolá en el sur del país, intensificando la escalada del conflicto en la región.
Las agresiones han generado alarma internacional por el impacto en personal médico y la población civil, agravando una situación humanitaria ya crítica en el Líbano.