La reciente reforma electoral trae consigo cambios que serán visibles en los comicios de febrero de 2025 en Alemania.
Berlín, Alemania; 19 de diciembre de 2024. Las elecciones al Bundestag, programadas para el 23 de febrero de 2025, se realizarán bajo un marco normativo renovado que promete cambios significativos en la representación parlamentaria y la composición del órgano legislativo alemán. A pesar de la reforma electoral, el formato de la papeleta electoral seguirá siendo el mismo: cada votante emitirá dos votos, uno para un candidato de su circunscripción y otro para una lista de partido.
La principal novedad es la reducción del número de escaños en el Bundestag, que pasará de los 733 actuales a un máximo de 630. Esto se logra mediante la eliminación de los llamados «mandatos por exceso» y «mandatos por igualación», que en el pasado aumentaban el tamaño del Parlamento tras cada elección. Este ajuste refuerza la representación proporcional al priorizar los segundos votos, que determinan la composición general del Bundestag, mientras que los primeros votos pierden relevancia.
El politólogo Jörg Siegmund considera que este cambio fortalece la proporcionalidad del sistema electoral, aunque advierte que podría reducir la representación directa en algunas circunscripciones, especialmente en grandes ciudades. Además, el Tribunal Federal de Cuentas estima que esta reducción de escaños generará un ahorro de 125 millones de euros anuales para los contribuyentes.
Otra modificación importante es el impacto en los mandatos directos. A partir de ahora, los ganadores de circunscripciones sólo recibirán un escaño si el porcentaje de segundos votos de su partido lo respalda. De lo contrario, esos mandatos directos serán anulados, lo que podría dejar sin representación directa a algunas regiones.
El umbral del cinco por ciento, que limita el acceso de partidos pequeños al Parlamento, se mantiene con una excepción: si un partido obtiene al menos tres mandatos directos, podrá entrar al Bundestag como grupo parlamentario, incluso sin alcanzar el 5% de los segundos votos. Esto beneficia a partidos como Die Linke o los Electores Libres, que podrán concentrar sus esfuerzos en circunscripciones clave para asegurar su representación.
La reforma electoral busca equilibrar eficiencia y representación, marcando un hito en el sistema político alemán y sentando las bases para un Bundestag más compacto y proporcional.