Parece inocente, puede que casi pueril, pronunciar la frase “el arte puede cambiar el mundo”. Sin embargo, si miramos atrás en el tiempo, la historia nos demuestra que en ocasiones un cuadro, una escultura, un libro o una película han generado cambios económicos, sociales o incluso políticos. A veces inconscientemente. Otras no tanto.
Ahí tienen, sino, el “arte degenerado” que los nazis trataron de eliminar; El origen del mundo de Courbet, que hizo posible mostrar el cuerpo femenino con naturalidad; e incluso la damnatio memoriae que ejercían las civilizaciones antiguas, picando el rostro de ciertos líderes en las esculturas de piedra, pretendiendo así borrarlos de la historia.
Esto precisamente es lo que está buscando Artists for Democracy, una iniciativa que depende de la plataforma People for the American Way, y que combate lo que consideran la extrema derecha. Su principal finalidad es crear obras de arte que llamen a ejercer el voto de forma responsable, así como tener en cuenta aspectos como el derecho al aborto, el racismo, las políticas migratorias… O dicho de otra forma, plantar cara a Donald Trump, el candidato republicano que ha sido condenado recientemente en un juicio penal y también encausado por otros delitos.
Tal y como subraya Rio Tazewell, el director de campañas de People for the American Way, muchos de los políticos estadounidenses de extrema derecha aseguran basar su discurso en la defensa de la libertad individual, mientras restringen derechos y libertades fundamentales, sobre todo de los colectivos históricamente marginados. Su idea de crear obras en contra de Trump no es nueva: ellos mismos desarrollaron una campaña similar en el año 2020.