Armando Navarro nació el 8 de diciembre de 1947 y murió el 26 junio de 2021 a la edad de 74 años en Viesca, Coahuila, un pueblo ubicado en el suroeste del estado de Coahuila. Justo al pie de la sierra del Mármol. Al sur del municipio de Viesca se encuentra el municipio de San Juan de Guadalupe, Durango. Al este colinda con el viejo vaso de la Laguna de Viesca, donde desembocaba el río Aguanaval, y que, cabe mencionar, no recibe agua desde 1973. Los padres de Armando son: Francisco Navarro Lomas y Guadalupe Favela. Nació en la casa ubicada en la avenida Guerrero 10. En esos años los viesquenses nacían en sus casas, allí acudían las parteras a atender los nacimientos. Armando desde joven fue muy trabajador, lo recordamos siempre en bicicleta realizando sus tareas diarias. Era de frágil constitución física, casi esquelético, aunque de mirada suave y mejillas hundidas. Era sociable por naturaleza.
El apodo de “Cuiri” se debió a que tenía una amiga que le decían la “Cochinilla”, que vivía en San Pedro, pero iba con regularidad a Viesca a visitar a su hermana Graciela Cerca. Vivían en casa de doña Emilia Leyva, “por la orilla de agua” -así le llaman a la calle Dr. Francisco González-, esquina con avenida Guerrero. Hasta la fecha, si preguntan por esa ubicación, los habitantes responden: “por la orilla de agua”. En la época en la que Viesca contaba con manantiales, esa calle tenía una acequia con un buen caudal de agua. “Cuiri” visitaba a diario a su amiga, y los amigos le decían de relajo: ¿Cómo le hablas a la “Cochinilla”? le dices: “cui, cui, cui”. De ahí surgió el apodo de “Cuiri”. Cabe señalar que en las acequias del pueblo que todavía conoció “Cuiri”, había álamos y fresnos, entre otros árboles. Sin embargo, los manantiales dejaron de fluir a finales de la década de los cincuenta del siglo XX.
La casa de Doña Emilia Leyva abarcaba desde la Guerrero hasta la V. Carranza. Era una casa muy antigua de adobe con noria propia, chimenea y capilla dedicada en honor a la Virgen de San Juan. Era familia de recursos económicos notables, pues contaban con servidumbre. Allí sirvió por muchos años la señorita Julia Mejía Murillo, quien al final padeció de demencia; y, pese a que sus amos ya habían fallecido, los esperaba, y prendía la chimenea, les preparaba la comida. Murió, siempre con la esperanza que un día llegaran sus patrones.
“Cuiri” fue un personaje muy reconocido en la comunidad, representaba el espíritu de la gente de Viesca que ha sabido salir adelante en situaciones inhóspitas. Poseía una agudeza y un ingenio muy propio, su vivacidad para afrontar la vida es ejemplar. Ejerció varios oficios, entre ellos: lechero (entregaba leche bronca en botellas de vidrio) en su bicicleta; “mandadero”, llevaba comida y cena a los trabajadores de la fábrica de sal. Era muy considerado, educado, siempre servicial; fue periodista desde los 16 años, impulsado y respaldado por el también viesquense y periodista, Alfonso Ramírez Leyva, quien trabajaba en la Opinión, un medio de comunicación de Torreón, Coahuila, que cambió su nombre por el de Milenio Laguna. Fue así como ejerció de reportero hasta que falleció.
En su carrera periodística “Cuiri” escribió también en El Siglo de Torreón, El Sol de la Laguna y en el Diario el Express Laguna. Años después, logró tener su propio medio periodístico “La Voz de Viesca”. También fue bibliotecario, en la biblioteca María Ignacia Martínez de Loza. Cuando llegó la primera radio para comunicarse a distancia la policía municipal, incluso, fue el mismo Cuiri quien primero se capacitó sobre esta tecnología. Al mismo tiempo fue administrador de las oficinas de agua potable. Incursionó en el campo de la poesía. Elaboró poemas y canciones dedicadas a la mujer, a las instituciones educativas, a la bandera, a la virgen de San Juan en su visita a Viesca, y además le compuso un corrido a su pueblo.
En política electoral, fue candidato a presidente municipal por el Partido Socialista Unificado de México. Posteriormente, fue candidato a diputado suplente por el Partido Acción Nacional. En el Revolucionario Institucional, desempeñó varios puestos, hasta que se desencantó de la política. En las fiestas del Grito de Independencia participaba cantando y alegrando a los concurrentes. Cuiri era todo un estuche de monerías, un personaje insustituible.
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