Los entrenamientos constantes pueden ser una forma poderosa de combatir la inflamación crónica.
La próxima vez que sientas ardor durante un entrenamiento, podría ser un estímulo saber que el ejercicio también puede ser un bálsamo: las investigaciones sugieren que es una de las mejores herramientas para combatir la inflamación crónica.
La inflamación se ha convertido en un problema de salud inminente en los últimos años; los expertos afirman que puede ser tanto causa como signo de enfermedad. Y aunque aún desconocemos mucho sobre su importancia, la mayoría de los expertos coinciden en que cuanto menos inflamación crónica tengamos, mejor salud tendremos.
La evidencia científica también es clara: las personas sedentarias tienden a presentar niveles más altos de inflamación en comparación con quienes hacen ejercicio regularmente. Y cuando las personas sedentarias comienzan a moverse de forma constante, sus niveles de inflamación generalmente disminuyen.
Algunos investigadores creen que el poder del ejercicio para combatir la inflamación puede incluso ser la razón principal por la que la actividad física es tan eficaz para protegernos contra las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, la demencia y otras enfermedades crónicas.