En la política local, la maquinaria gubernamental comienza a engranar sus piezas y a desplegar sus acciones. Manolo Jimenez Salinas, recién estrenado como gobernador del estado, ha irrumpido con energía, marcando su presencia en cada región de Coahuila. Este dinamismo se traduce en anuncios de obras y acciones que prometen transformaciones tangibles para sus gobernados.
En el epicentro de la acción, Torreón se erige como un ejemplo de proactividad. RACepada, el alcalde mejor evaluado según el Ranking Mitofsky, lidera una gestión respaldada por proyectos meticulosamente elaborados. Estos no solo simplifican la aprobación, sino que también acercan a los laguneros a una mejor calidad de vida, especialmente en lo que respecta a la mejora de las vialidades y atención a grupos vulnerables a partir de su Brigadas que recorren a la capital lagunera.
En Saltillo, los protagonistas de la escena son los funcionarios de AGSAL, encabezados por Jordi Bosh y Ricardo Bustos. Su anuncio sobre la implementación de un innovador sistema de hidrantes en el Paseo Capital destaca su compromiso con la protección de los monumentos y construcciones emblemáticas que constituyen el legado histórico de la capital sarapera.
Sin embargo, la sombra del pasado se proyecta sobre la ciudad. La pérdida de «La Casa Roja», un edificio histórico frente a la Alameda Zaragoza, deja una marca indeleble. Resulta desconcertante que el IMPLAN Saltillo no haya considerado medidas preventivas durante el desarrollo del Paseo Capital, especialmente después de este lamentable episodio.
Es innegable que Chema Morales ha tocado techo en su gestión en Ramos Arizpe. Las cuestionables métricas de seguridad, la deficiente gestión de servicios básicos y la falta de atención a sectores marginados deben ser abordadas con urgencia.
Chema Morales, parece trabajar pero es gracias a las acciones de Claudio Bress y los desarrolladores de parques industriales que las inversiones llegan a su municipio. Definitivamente si la nueva administración estatal podría colocarlo en algún puesto operativo y no de dirección, porque su obediencia es incuestionable.
La ciudadanía está atenta.