El artículo de Alex Covarrubias V. ofrece un diagnóstico acertado y urgente sobre el inminente escrutinio internacional que enfrentará el sistema laboral mexicano ante la revisión del T-MEC. Covarrubias advierte con claridad que México deberá abandonar las simulaciones institucionales y avanzar hacia una verdadera transformación estructural en materia laboral si desea mantener su estatus comercial con sus socios de América del Norte.
El autor identifica correctamente las demandas clave que vendrán de Estados Unidos y Canadá: cumplimiento efectivo de la reforma laboral, extensión del Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida (MLRR), fortalecimiento de la inspección laboral, rendición de cuentas sindical, despolitización de las relaciones laborales y aumentos salariales reales en sectores estratégicos. Desde una visión económica, estas exigencias responden a la intención de reducir el “dumping laboral” que permite a México atraer inversiones por sus bajos costos laborales, lo cual ha generado distorsiones en la competitividad regional.
Es destacable la mención a los efectos redistributivos de una eventual alza salarial en industrias clave. Este punto es fundamental: elevar los pisos salariales en sectores como el automotriz o el de tecnologías emergentes no solo impactaría en la equidad interna, sino también en la sostenibilidad del modelo exportador mexicano. Sin embargo, la exclusión del sindicalismo emergente en los nuevos espacios de diálogo tripartito revela una contradicción que debilita la legitimidad del esfuerzo reformista.
En suma, Covarrubias presenta una alerta fundamentada: sin reformas profundas y efectivas, México arriesga su acceso preferencial al mercado más importante del mundo. La economía mexicana debe prepararse para una nueva etapa donde los estándares laborales serán tan determinantes como los arancelarios o las reglas de origen.