Jorge Arturo Estrada.
Ya estamos en la campaña del 2024. Andrés Manuel, recuperó energías y el buen ánimo y está listo para aplastar al PRI, derrotar a los opositores, y contener a los clasemedieros que lo abandonaron. El saldo de la megamarcha, que el presidente organizó para sentirse querido por su gente, dejó establecido que, en su gestión, el fin justifica los medios. Han sido cuatro años de gobierno, con pésimos resultados, pero con un personaje que conserva gran parte de su base social.
López Obrador arrasó en el 2018 y se ha desgastado durante su estancia en el Palacio Nacional. Durante su presidencia han destacado varias cosas: Siente que “el pueblo bueno” lo quiere y que ya le pidió reelegirse; usa descaradamente, los recursos públicos en las campañas y en el acarreo; las mentiras y el cinismo, se han impuesto como el estilo de gobernar del presidente y sus subalternos. Y también, que está dispuesto a todo para conseguir y retener el poder.
Ya es ampliamente reconocido, que AMLO llegó al poder pactando con impresentables y delincuentes. También, que, durante años, estuvo recolectado millones en cash, “para el movimiento” y que vendió su alma al diablo.
Los amplios programas sociales, de reparto de dinero a grupos vulnerables, lo han dejado sin recursos para atender de fondo mayores carencias, y los rezagos se ampliaron. Sus obras esenciales, ya están sobregiradas, ya se han consumido todas las reservas financieras gubernamentales, y fideicomisos, que se habían acumulado en varias décadas. La deuda externa ha crecido de manera notable.
Sin embargo, luego de sentir de cerca a los cientos de miles que marcharon con él al Zócalo de la Ciudad de México, el presidente se percibe revitalizado y listo para emprender las batallas finales. Ganar elecciones es lo suyo desde el 2018.
Ya tiene 22 gobernadores y varias mayorías en los congresos locales. Uno de sus logros políticos más importantes ha sido destruir al Partido Revolucionario Institucional. Les ha ido arrebatando gobernaturas en serie. Actualmente, tiene arrinconada y temerosa a la dirigencia nacional y ya prepara el golpe final: derrotarlos en Coahuila, el Estado de México, dejarlos sin dinero y estructuras; para finalmente vencerlos a todos en el 2024. En la Madre de Todas las batallas.
El cierre del sexenio será intenso. La idea de la reelección presidencial ya fue sembrada y flotará en el ambiente. Veremos.