El socialdemócrata Olaf Scholz se ha convertido este miércoles en el nuevo canciller alemán. A los 63 años, el exministro de Finanzas de la gran coalición de Angela Merkel toma el relevo de la mujer que ha liderado la primera economía europea durante 16 años. Acaba la era Merkel y empieza una aventura política que camina sobre terreno desconocido. Scholz liderará un tripartito inédito conocido como coalición semáforo, por los colores con los que se representa a los partidos que lo forman: rojo de los socialdemócratas, verde de los ecologistas y amarillo de los liberales del Partido Democrático Libre (FDP).
Los diputados del Bundestag, la Cámara baja del Parlamento alemán, han elegido a Scholz con 395 votos a favor, superando ampliamente los 369 que necesitaba para convertirse en el sucesor de la canciller. La coalición a tres se estrena durante el peor desafío al que se ha enfrentado el país desde la Segunda Guerra Mundial, en palabras de Merkel. La canciller de las crisis se va sin ver la salida a la última y más devastadora. Será Scholz, el más merkeliano de los candidatos a sucederla, quien tenga que lidiar con la cuarta ola y la recuperación de la economía. Alemania se encuentra inmersa en el peor momento de la pandemia, con los hospitales sobrecargados, restricciones en comercios y restauración, y considerando implantar la vacunación obligatoria. La cifra diaria de muertes ascendió el martes a 527, el nivel más alto desde el pasado febrero.
Merkel asistió a la sesión sentada en la tribuna de visitantes al no pertenecer ya al Bundestag como diputada. Los parlamentarios de todos los partidos, salvo los ultraderechistas de AfD, se levantaron para ovacionarla durante algo más de un minuto, a lo que ella respondió asintiendo con la cabeza y saludando con la mano. La mascarilla azul no permitía ver su expresión facial. La ya excanciller anunció en 2018 que no se presentaría a la reelección y ha asegurado que se retira de la política activa después de ser miembro del Bundestag durante 30 años.