El país se propuso abandonar totalmente la energía atómica después del desastre de Fukushima, pero postergó el «apagón nuclear» previsto para el 2022 por la crisis energética desatada con la invasión rusa de Ucrania.
Alemania cierra este sábado (15.04.2023) sus tres últimos reactores nucleares y culmina así el abandono de este tipo de energía, un viejo compromiso a veces incomprendido en un contexto de urgencia climática. A medianoche está previsto que las centrales Isar 2 (Baviera), Neckarswestheim (Baden-Wurtemberg) y Emsland (Baja Sajonia) sean desconectadas de la red eléctrica.
«Hoy en Alemania se apagan las últimas nucleares. La decisión fue tomada por consenso en el Bundestag (cámara baja del Parlamento alemán) y por varios gobiernos. Es una decisión buena y acertada porque hace nuestro país más seguro», dijo hoy la ministra de Medio Ambiente, Steffi Lemke (de Los Verdes), en un mensaje de vídeo difundido en redes sociales. «La energía atómica ha dado electricidad a tres generaciones, pero sus residuos seguirán siendo peligrosos a lo largo de las próximas 30.000 generaciones, por eso hay que ser precavidos y realizar el proceso con responsabilidad», concluyó Lemke.
Desde 2003, Alemania ya ha cerrado 16 reactores. Un proceso que se aceleró en 2011, tras la catástrofe de Fukushima, con el impulso del gobierno de la conservadora Angela Merkel. Su propuesta de renunciar a la energía nuclear fue aprobada por una amplia mayoría en el Parlamento alemán -con 513 votos a favor y 79 en contra- pero la incertidumbre provocada por la guerra de Ucrania y la consiguiente crisis energética ha reabierto el debate sobre una forma de energía que hasta este sábado generaba el 5 % de la electricidad consumida en Alemania.