Si al cabo mi cabo es cabo….
Por: Orestes Gomez Rodríguez.
Sin duda que la 4T esta embalada, es decir encaminada y ábranla que lleva bala y en la punta munición, con el tema laboral como instrumento electoral corporativo.
Para empezar, sustituyó los antiguos sindicatos otrora sectores primordiales del sistema priista y los hizo suyos solamente que con distintas siglas y nuevos líderes.
La CATEM, el SNTE, el SINTIA y el FAT sustituyeron las estructuras férreas que habían prevalecido en el país desde los años 30 en la organización y movilización obrera y fueron reivindicados ante la opresión que sufrieron a lo de los tiempos sobre todo el FAT que se dedicaba a cerrar empresas y apoderarse de sindicatos universitarios.
La táctica gubernamental de proponer reformas a las leyes laborales a fin de beneficiar a los trabajadores causo el efecto del voto corporativo en las elecciones de 2024, sin duda.
Iniciando en la primera fase de la 4T, con los incrementos salariales al mínimo , que aun cuando no surgieron de la bondad del gobierno, sino de la obligación TMEC, posteriormente el incremento de días de vacaciones, las reformas al outsourcing, a la participación de los trabajadores en las utilidades, la ley silla , la libre sindicalización y los borradores del aumento a los días de aguinaldo , fueron el caldo de cultivo optimo para que la base trabajadora se volcara en las urnas y no en las responsabilidades laborales.
Lo anterior, aun cuando, las fauces del SAT están bien afiladas y a cada aumento salarial o de días, puntualmente se cobran mas impuestos a los trabajadores, ya que, a los angelitos de Hacienda, se les “paso” modificar las tablas de impuestos y hoy día por ejemplo quienes ganan un salario mínimo deben pagar ISR, cuando antes de 2018, no lo hacían. Haya cosa diría mi abuela.
El gobierno simplemente amplio su base de contribuyentes y semana con semana sangra a los empleados de la economía formal con sendos rebajes en el haber de pago. Capire, como diría Al Capone.
Pero lo mas raro, es que el consejo de empresarios, antes tan hocicones y desafiantes al gobierno, al grado que durante décadas se opusieron a las grandes reformas laborales que requería el país, hoy estén tan sumisos y obedientes y vean pasar los proyectiles enviados por lideres obreros de escritorio que pertenecen a la generación de las sabanas de seda, los estudios en el extranjero ,los ranchos y los viajes, las viejas y los autos, que semanalmente llenan sus arcas con las cuotas rigurosas de sus agremiados y simplemente se hincan a recibir la bendición , en un juego muy simple: me apoyas o te audito. Válgame dios.
La reducción de la jornada laboral y su reforma, fue escuchada en forma aislada en la pasada legislatura en voz de una aguerrida Susana Prieto, que terminó renegando de su partido, al no recibir apoyo o consenso.
Esta voz fue considerada amenazante, incluso en el seno Morena, por las implicaciones que se tendrían al no haber sido planteadas siquiera en alguna de las cámaras, además de robarle una herramienta de negociación a la recién electa presidenta Sheinbaum.
Sin embargo, el misterio fue resuelto en el mensaje de este 1ero de mayo por parte del secretario del trabajo, dedo meñique de la niña de los ojos del peje, al mencionar que la reducción de jornada a 40 horas semanales va, pero paulatinamente hasta el 2030.
Sorprendentemente se anuncian los foros de consulta con el sector empresarial, después de esta noticia, tal y como aconteció con el decreto de la nacionalización de la banca de López Portillo, es decir el daño ya está hecho.
Y como cereza en el pastel, al término del anuncio se pide opinión a líderes de la CATEM y el SNTE quienes se dijeron encantados con la propuesta y como no.
Hoy día nuestro país ocupa el lugar numero 56 a nivel mundial (de 62 países) en la índice competitividad industrial debajo de Filipinas, Boswana, república Checa y Puerto Rico, por ejemplo. (WCR Ranking 2024)
Laborar 40 horas a la semana implicaría directamente perder un 18% de jornada y hasta un 15 % de eficiencia según cálculos chileros, lo que significaría de entrada la necesidad de las empresas de ampliar sus plantillas laborales si es quieren mantener los mismos ritmos de producción y a sus clientes, lo anterior entre otros muchos factores y ajustes.
Sin una estrategia de compensación, sin estímulos fiscales y ahora con la amenaza de la auditoria fiscal, el sector patronal, los grandes, medianos, pequeños y micro empresarios, enfrentan una empinada cuesta y además a su cargo; en la otra esquina están los gobernantes que saben que el estatismo sobrevive saqueando; Cuando un país libre sobrevive solamente produciendo. Que triste de verdad.