Son pocos los funcionarios de la 4T que privilegian la apertura y el diálogo, que cuentan con preparación y experiencia para el cargo, y muchos menos los que se atreven a contradecir al Presidente y sugerirle cambios de timón con respecto a su política económica y social, esa que poco a poco nos hunde más en la pobreza y el subdesarrollo. Tatiana Clouthier era una de esas pocas luces en medio del hoyo profundo en que nos ha sumido este gobierno de cuarta, y su salida nos deja un tremendo mal sabor de boca.
Tuve el gusto de coincidir con Tatiana cuando ambas fuimos diputadas federales en la pasada legislatura, y si bien no era economista o había tenido experiencia relevante en temas relacionados, siempre se distinguió por ser una legisladora aplicada, estudiosa de los temas que discutíamos, y en muchas ocasiones rebelde a las decisiones verticales que se dan en el congreso desde el Palacio. Esa era la diferencia de Tatiana, y el valor de tenerla al frente del sector económico, uno de los más golpeados después de una larga pandemia, y a raíz de las malas de decisiones en materia energética y fiscal.
La gran primera tarea de Tatis no era menor, era resolver un panel de controversias con el país más importante del mundo, Estados Unidos, a solicitud de éste por haber violado México de manera consistente los acuerdos en materia de inversión en energías establecidos en el TMEC, y pretender privilegiar monopólicamente a CFE y PEMEX. El siguiente reto era proponer los acuerdos necesarios entre el sector empresarial y el gobierno para detener la galopante inflación en el país. En la primera tarea no fue escuchada y en la segunda, ni siquiera la dejaron participar.
Ahora llega a Economía, Raquel Buenrostro, ex jefa del SAT, matemática y economista, con 20 años de experiencia en el sector público. Su curriculum es interesante, y retador, pues pasará de ser la perseguidora de los empresarios a promotora de la política industrial. Entre las muchas tareas, hacerle ver al presidente los enormes riesgos de iniciar demandas multimillonarias con Estados Unidos por la política de cabeza impulsada por Rocío Nahle; esperemos que ella sí sea escuchada.
Más su verdadera prueba de fuego será tener la misma apertura que tuvo Tatiana Clouthier con el sector empresarial, necesitará estar dispuesta a escuchar algunas quejas en contra del Presidente, y trabajar a lado de las cámaras empresariales. Su tarea será recuperar la confianza perdida, la cual es necesaria para volver a confiar en el objetivo de esa secretaría, incluir y escuchar a todos los sectores para tomar las mejores decisiones.
Desde este espacio mi voto de confianza a doña Raquel Buen Rostro, y como ex presidente del Colegio Nacional de Economistas, mi solicitud también para que como cada que llega un nuevo secretario, nos reciba y escuche. Recientemente, fuimos convocados al congreso nacional de economía, y una vez más se realizó un ejercicio amplio para escuchar a los profesionales de la Economía y se sentaron l bases para el proyecto de nación 2050 que necesita México. Qué mejor muestra de apertura que escuchar este interesante análisis, porque la sociedad no cabe en un solo partido o ideología, la sociedad somos todas y todos.