El futuro del presidente Andrés Manuel López Obrador está en su rancho de Palenque, Chiapas, herencia de sus padres, no entre los bastidores del poder. La propiedad, de seis hectáreas, se dividió entre media docena de hijos. A él, por ser el mayor, le correspondieron 13 mil metros cuadrados y la casa. Cuenta con estanque y árboles tropicales y maderables. La denominación de la finca remite a una de las expresiones más frecuentes entre los mexicanos de todos los estratos: «La Chingada». El equivalente adverbial del adjetivo es: «a paseo». Es a donde muchos quisieran mandar al tabasqueño, y él mismo ofreció hacerlo si perdía las elecciones de 2018. El nombre tiene su historia. AMLO la contó así: «¿Sabes por qué “La Chingada”? Un dirigente zapatista, Genovevo de la O, después de la Revolución va a un ranchito y le puso así; y siempre que le decían “¿a dónde va Genovevo?”, decía “me voy a La Chingada» (Infobae, 15.04.22).
Después de alzarse en armas contra la dictadura de Porfirio Díaz y de apoyar al presidente Francisco I. Madero, De la O se unió a Emiliano Zapata, firmó el Plan de Ayala y gobernó el estado de Morelos. Combatió al Ejército constitucionalista de Venustiano Carranza y tras el asesinato del Atila del Sur, en 1919, pasó a las filas de Álvaro Obregón. En 1945 fundó la Federación de Partidos del Pueblo Mexicano, integrado por fuerzas diversas y algunas facciones del Partido Comunista. Miguel Henríquez Guzmán, uno de sus dirigentes, compitió en 1952 por la presidencia contra Adolfo Ruiz Cortines (PRI), Efraín González Luna (PAN) y Vicente Lombardo Toledano (Partido Popular, al cual se le agregaría después el término Socialista).
El PRI ganó a su estilo. «Ante las irregularidades del proceso y las prácticas fraudulentas del Gobierno para manipular el resultado de la elección, varios generales (entre ellos Marcelino García Barragán, futuro secretario de la Defensa Nacional y abuelo de Omar García Harfuch, colaborador cercano de la presidenta electa Claudia Sheinbaum) le presentaron (a Henríquez) un plan para tomar por la fuerza el poder. Jefes militares del Gobierno se pusieron a las órdenes del general Henríquez, este se negó a dar la orden para tomar violentamente el poder y recorrió las calles de la Ciudad de México para calmar a sus partidarios y simpatizantes para evitar más la represión violenta del Gobierno (de Miguel Alemán)» [Wikipedia].
Sin embargo, en los estados las protestas fueron reprimidas por el Gobierno de Alemán a sangre y fuego. Henríquez —originario en Piedras Negras— se retiró de la política después de las elecciones de 1952. Falleció el 29 de agosto de 1972. ¿Y De la O? La suya fue «una muerte más tranquila» que la sufrida por la mayoría de los líderes revolucionarios. El Congreso le rindió un homenaje en el salón de plenos de Donceles. Tras décadas ajetreo político, AMLO seguirá los pasos del general De la O: se retirará a su rancho de Chiapas, donde suele caminar por prescripción médica, después de un infarto y de un cateterismo, fortalecerse espiritualmente y hablar con los árboles «en el buen sentido» (Infobae, 31.12.23). La propiedad, valuada en 25 millones de pesos (3.5 veces menos que la casa blanca de Peña Nieto adquirida a un contratista del Gobierno federal), pertenece ahora a sus hijos. AMLO no será uno de los peores presidentes de México, pero puede ser uno de los mejores y más apreciados por el pueblo. El juicio corresponderá a la historia.