Wimbledon se abre por primera vez a sustituir a los jueces de línea humanos por sistemas de cámaras e inteligencia artificial. Un paso que ya han dado otros grandes torneos
La palabra «tradición» aparece cada vez que le preguntan a un tenista por qué Wimbledon es La Meca del tenis. Pero algunas de esas tradiciones, como la de ver a jugadores discutiendo con los jueces de línea vestidos con sus clásicas americanas azules, podrían tener los días contados. Jamie Baker, director del torneo, acaba de asegurar que están estudiando sustituir a los jueces de línea por una inteligencia artificial. Un movimiento que podría acabar con las discusiones sobre si la bola entró o no y que, según dice, les ayudaría a mantener un equilibrio entre sus tradiciones centenarias y la innovación tecnológica.
El imparable avance de la inteligencia artificial está permeando incluso en organizaciones tan tradicionales como Wimbledon. Ahora mismo, gracias a la colaboración del torneo londinense con el gigante tecnológico IBM, se pueden ver en la ‘app’ de Wimbledon los mejores momentos de los partidos con comentarios de audio y subtítulos generados por inteligencia artificial. El sistema también permite ver cómo lo tiene de complicado tu jugador favorito midiendo las probabilidades de éxito según el lado del cuadro que le haya tocado y los potenciales rivales.
«Intentamos constantemente equilibrar las partes de nuestro patrimonio que son absolutamente sagradas, absolutamente dignas de protección, porque medio millón de personas vienen aquí cada año y es una gran parte de su experiencia y valor», dijo Baker durante la presentación del sistema de comentarios con IA el pasado junio. «Pero también hay otras partes de nuestro patrimonio que en realidad no tienen el mismo valor [que] en el pasado, así que estamos buscando formas de cambiar e innovar».
Después de que el tour masculino de la ATP anunciara que a partir de 2025 un sistema de cámaras e inteligencia artificial sustituirá a los jueces de línea, solo dos de los grand slam, Wimbledon y Roland Garros, siguen prefiriendo usar el ojo humano para determinar el lugar del bote de la bola en lugar de tecnologías como el ojo de halcón.
El US Open y el Open de Australia ya las usan desde hace tiempo y recientemente han decidido prescindir totalmente de los jueces de línea, aunque sí mantienen al juez de silla. El sistema consta de seis o siete cámaras de alta definición que se instalan generalmente bajo el techo del estadio y que siguen el movimiento de la bola desde distintos ángulos. El video capturado por las cámaras se procesa y genera una imagen tridimensional de la trayectoria precisa de la bola con un margen de error de 5 milímetros. Finalmente una voz pregrabada canta cuando la bola es mala. En el caso del torneo australiano esas voces son las de los bomberos, sanitarios y personal de emergencia que estuvo en primera línea en lo peor de la lucha contra el covid-19.