El precio de la gasolina sube, sube y sube. Más allá de recordar la falsa promesa de que el litro de gasolina en estas fechas costaría 10 pesos, es importante analizar la importancia de este combustible en la economía, para después poder explicar como el aumento en su precio nos afecta de varias maneras.
Los individuos, las empresas, las ONG´s y los gobiernos buscan satisfacer sus necesidades buscando obtener el mayor beneficio al menor costo posible, la mayoría de las necesidades se satisfacen con mercancías, las cuales no se encuentran todas en todos los lugares, es decir que es necesario transportarlas desde diferentes puntos geográficos hacía donde el consumidor se encuentra. Para muestra podemos mencionar los chips, esos diminutos circuitos electrónicos que son utilizados en todos los artículos electrónicos y cuya producción, casi el 90%, se concentra en Taiwán, China y Corea del Sur, y que son necesarios en la producción de autos que se fabrican como por ejemplo en Saltillo. Pues bien, el trasladar los chips desde Asia hasta la capital de Coahuila requieren de combustible, ya sea para el barco, el avión o bien para el traslado terrestre después de cruzar el Océano Pacifico. Esos costos, los costos de traslado, cuyo mayor componente es el combustible que se utiliza no son absorbidos por el fabricante del auto, sino por consumidor final, sucediendo lo mismo con la producción y el precio final de los relojes, reproductores de música, teléfonos celulares, computadoras, equipo médico, robótica, artículos de cocina, de entretenimiento y más.
Usted podrá decirme que podemos vivir sin estos artículos electrónicos, pero al realizar un análisis un poco más completo podemos darnos cuenta que la inmensa mayoría de los alimentos son trasladados de ciertos punto del mundo hasta los supermercados de nuestras ciudades, de aquí que los primeros artículos que aumentan de precio cuando el precio de la gasolina sube sean los alimentos.
Cuando aumenta el precio de la gasolina, más allá de recordar que no cuesta 10 pesos, debemos de estar conscientes que la inflación crecerá, que los bancos centrales tendrán que aumentar sus tasas de interés, el traslado de personas y mercancías aumentará, sin olvidar que el cambio climático pasa a segundo término.
Afectar el precio de la gasolina no es algo sencillo pues su precio esta definido por el mercado internacional, sin embargo, se deben de desarrollar y aplicar políticas públicas que incentiven la generación y el uso de energías limpias y renovables, las cuales serán en poco tiempo serán el presente de las grandes economías del orbe. El aplicar políticas “tradicionales” como el subsidio al precio de la gasolina, en México, sólo beneficia los sectores poblacionales de mayores ingresos, teniendo un efecto nulo hacia los más pobres.
Y no se alarme que bien lo dijo el Paul Samuelson, galardonado con el premio Nobel de economía en el año de 1970, “Los precios que ahora pagamos por la gasolina quizás parezcan altos, pero todavía no están ajustados en lo más mínimo al nivel mundial del precio del petróleo”.