El tabú sobre el uso de armas nucleares parece resquebrajarse seis décadas después de que la crisis de los misiles mantuviera al mundo en vilo.
Desde el término de la II Guerra Mundial, nunca había sido tan perceptible el peligro del uso de armas atómicas como en aquellos días de lo que los cubanos llaman la «crisis de octubre”. Hasta ahora. Lo ha advertido el propio presidente estadounidense. «Por primera vez desde la crisis de los misiles de Cuba, tenemos la amenaza de un arma nuclear», dijo días atrás Joe Biden, refiriéndose a que Vladimir Putin se reserva la posibilidad de usar todos los recursos a su alcance en el conflicto de Ucrania.
¿Está el mundo nuevamente al borde de desastre, como hace seis décadas? «La amenaza es real”, dice a DW Juan Luis Manfredi, catedrático Príncipe de Asturias en la universidad de Georgetown. El especialista en política internacional y diplomacia afirma que, quien crea que se trata de una bravata, «no ha entendido el momento político en que estamos”.
Pablo Pérez López, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Navarra, cree incluso que «el peligro actual es más elevado y la tensión más dura, porque los precedentes recientes son peores que en la crisis anterior”. Explica a DW que «en los años 60, hubo un desafío por parte de Kruschev a Estados Unidos, instalando misiles en Cuba como elemento defensivo, con el fin de evitar la tentación de una invasión por parte de los Estados Unidos, que habían apoyado un intento de invasión en Bahía de Cochinos”. Pero «ahora estamos no ante la amenaza de una agresión, sino ante la realidad de una agresión por parte de una potencia que tiene armas nucleares a las que podría recurrir”.