Parece que los mexicanos de hoy, al igual que los de ayer y muy probablemente los de mañana, estamos condenados a enfrentar problemas que los gobernantes del pasado, del presente y muy posiblemente del futuro no supieron (o quisieron), saben (o quieren) ni sabrán (o querrán) resolver.
La inflación es un buen ejemplo de un problema recurrente que cuando creíamos que estaba bajo control ha vuelto a complicarnos la vida.
Curiosamente, la manera en que los aumentos de precios nos golpean en lo individual fue el tema de la columna con la cual empecé mi carrera periodística, hoy hace 40 años.
Hoy (25 DE ENERO, 2022) cumplo 40 años de ejercer mi oficio y el releer mi primera columna me recuerda esa época catastrófica en que la inflación causó estragos entre los mexicanos: arruinó vidas, empobreció más a los pobres, hizo pobres a los clasemedieros, diluyó el patrimonio de muchos, y frustró los planes a futuro de muchos más. Y todo por las disparatadas políticas populistas y la demagogia de quienes entonces mal gobernaron al país, políticas que nuevamente está impulsando el gobierno de AMLO.