Ya la gente está muy consciente en nuestro país, México debe estar en los primeros lugares en el mundo en politización, el pueblo de México está muy politizado. Ya no hay, prácticamente no existe el analfabetismo político.
“Si me dicen: ‘¿En qué se ha avanzado?’, se ha avanzado en mucho, pero en lo que más se ha avanzado es en la revolución de las consciencias. Es increíble lo que ha sucedido en los últimos tiempos, el grado de consciencia que se ha desarrollado en los últimos tiempos, y eso es lo que no entienden nuestros adversarios, piensan que la política es asunto de los políticos, como antes, y no, la política es asunto de todos”.
Esas son algunas de las muchas palabras que ayer pronunció el presidente Andrés Manuel López Obrador durante su conferencia de prensa.
Desconozco de dónde obtuvo los datos en que se basó para asegurar que el nuestro “debe estar en los primeros lugares en el mundo en politización” y que hoy “prácticamente no existe el analfabetismo político”, pero yo tengo otros datos que contradice lo que dijo ayer y en ocasiones anteriores.
Por ejemplo, con base en el Índice de Democracia 2020 elaborado por la Unidad de Inteligencia de la empresa editorial británica The Economist, que analiza a 167 países, la cultura política de los mexicanos es de las más bajas en el mundo, comparable a la que hay en otros 13 países, que son Arabia Saudita, Armenia, Bosnia y Herzegovina, China, Guinea-Bissau, Guatemala, Irán, Kirguistán, Macedonia del Norte, Mauritania, Montenegro, República Democrática del Congo y Rusia.
Estos 14 países obtienen una calificación de 3.13 en lo que a su cultura política se refiere. Solo hay cuatro que están más abajo que ellos: Afganistán (2.50), Paquistán (2.50), República Centroafricana (1.88) y Corea del Norte (1.25).
¿Qué debe entenderse como cultura política?
El reporte del Índice de democracia 2022 anota que “La cultura política tiene que ver con la dimensión psicológica y subjetiva de la vida política. Mediante la cultura política, los grupos e individuos ordenan, interpretan y se relacionan con el poder y las instituciones políticas. La democracia es más que la suma de sus instituciones. Una cultura política democrática también es crucial para la legitimidad, el buen funcionamiento y, en definitiva, la sostenibilidad de la democracia. Una cultura de pasividad y apatía no es compatible con la democracia (…) Una cultura política exitosa implica que los partidos perdedores y sus partidarios acepten el juicio de los votantes y permitan la transferencia pacífica del poder. La participación también es un componente necesario, ya que la apatía y la abstención son enemigas de la democracia…”.
Con base en lo anterior, ¿podemos asegurar que México “debe estar en los primeros lugares en el mundo en politización” cuando en las elecciones federales de 2021 no participó el 48% de los inscritos en la Lista Nominal de INE?, ¿cuando solo el 17% de dicha Lista participó en el proceso de revocación de mandato de abril del año pasado?, ¿cuando las encuestas demuestran que la gran mayoría de los mexicanos ignoran los nombres de sus representantes populares?, ¿cuando los candidatos que pierden una elección y sus partidos no aceptan el triunfo de sus adversarios?