Los museos Guggenheim en Nueva York, Venecia y Bilbao son destinos emblemáticos que atraen a amantes del arte de todo el mundo. Sin embargo, su historia se origina en un pequeño pueblo suizo, Lengnau, en el cantón de Argovia. La familia Guggenheim, conocida por su excepcional colección de arte, comenzó su camino desde este humilde lugar en el siglo XIX.
Simon Guggenheim, el patriarca de la familia, se encontró en la pobreza tras la muerte de su esposa. Decidió emigrar a Estados Unidos con su hijo Meyer y su nueva esposa Rachel. La emigración fue apoyada por el estado suizo, marcando así el inicio de su sueño americano.
En Estados Unidos, la familia Guggenheim comenzó como vendedores ambulantes, pero rápidamente incursionaron en negocios prósperos como la producción de lejía y la inversión en ferrocarriles. Con el tiempo, su interés por la cultura los llevó al mundo del arte, convirtiéndose en prominentes coleccionistas.
A pesar de su éxito y la distancia geográfica, los Guggenheim mantuvieron una conexión con su lugar de origen. En 1903, fundaron una residencia de ancianos en Lengnau como un gesto de gratitud hacia su comunidad de origen. La residencia, que sigue funcionando hoy en día, es gestionada por la comunidad judía y es el único lugar en Lengnau donde aún se puede disfrutar de comida kosher.
Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, la presencia judía en la región ha disminuido. Aunque la historia de los Guggenheim sigue siendo recordada con emoción, la comunidad judía en Lengnau y en la región en general ha ido menguando con el tiempo. A pesar de esto, el legado de los Guggenheim sigue siendo un punto de orgullo para la comunidad y un recordatorio de los humildes orígenes de la familia que alcanzó la cima en Estados Unidos.
La historia de los Guggenheim es un ejemplo de progreso y perseverancia. Procedentes de la pobreza en un pequeño pueblo agrícola suizo, la familia se abrió camino hasta convertirse en una de las más ricas y prominentes de Estados Unidos a finales del siglo XIX. Esta ascensión fue posible gracias a su arduo trabajo, su espíritu emprendedor y su visión para los negocios.
Con el tiempo, la fortuna de los Guggenheim les permitió explorar su pasión por el arte. Solomon Guggenheim, uno de los hijos de Meyer, fue el pionero en el comercio de arte dentro de la familia. Su colección incluyó obras de renombrados artistas como Wassily Kandinsky, Pablo Picasso, Paul Cézanne, Salvador Dalí, entre otros. Esta colección, que se expandió con la ayuda de otros miembros de la familia, se convirtió en un legado duradero que dio origen a los famosos museos Guggenheim en todo el mundo.
Aunque los museos Guggenheim son ahora iconos culturales de renombre internacional, su historia humilde y sus raíces en un pequeño pueblo suizo siguen siendo una parte fundamental de su identidad. A través de su éxito en el mundo del arte y su generosidad hacia su comunidad de origen, los Guggenheim han dejado un legado perdurable que sigue inspirando a generaciones futuras.